Buenos Dias Familia

Hay momentos en nuestras vidas en que desearíamos simplemente borrar lo que ha sucedido. Esta situación se hace más evidente cuando lo que sucedió fue culpa nuestra. Un ejemplo claro es cuando nos enojamos y decimos cosas de las cuales nos arrepentimos más tarde. La mala noticia es que no podemos retroceder el tiempo ni cambiar nada de lo que hicimos o dijimos. Esa sensación es realmente muy dura. Lo que si podemos hacer es aprender y tener en mente esa sensación cada vez que sintamos que la sangre nos hierve por dentro, que estamos a punto de gritar o de decir esa frase que rápidamente construimos en nuestra memoria y que sabemos que funcionará como un dardo punzante en dirección de aquellos a quienes queremos herir. Si podemos respirar, aguantar el impulso (a algunos les funciona contar hasta diez) o simplemente abandonar la escena para evitar esa explosión… ¡Habremos triunfado!, no sobre ellos, a quienes estábamos a punto de ofender, sino sobre una estrategia vieja, pero muy efectiva, del mal sobre nuestra vidas. La sensación al cabo de un rato es de alivio, de paz y lo mejor de todo: nos hemos comportado como verdaderos cristianos.
Pienso en esto cada vez que escucho una promoción que transmitimos en nuestra programación y que termina diciendo:

Es mejor pasar por alto las ofensas, porque esta actitud le da honra a tu persona. Es lo que te recomienda la Biblia y lo encuentras en el libro de Proverbios 19:11

Para los que realmente necesitan trabajar en esta área aquí hay algunos enlaces, COPIA Y PEGA EN EL LUGAR DE LAS DIRECCIONES:

http://bit.ly/9nJB8A

http://bit.ly/cHftsU

http://bit.ly/bSSaNn

http://bit.ly/bRzyzG

Cariños
Fabiola Romero