La comunidad hispana del sur de la Florida despierta de lunes a viernes con Buenos Días Familia, un show diseñado para comenzar cada jornada de forma animada y optimista.


En nuestra cultura hispana existe la tendencia a usar la fuerza para disciplinar a los hijos y quienes crecieron con esos métodos suelen aplicarlos en la crianza de sus hijos. En Buenos días Familia, hemos investigado para ofrecerte conocimiento acerca de maneras efectivas  de disciplinar sin caer en el abuso. A continuación algunas de ellas:
PARA DISCIPLINAR A NIÑOS PEQUEÑOS HAY TRES PASOS:
La consecuencia negativa a una conducta incorrecta.
Un castigo debe ser la consecuencia negativa a una conducta que no quieres que realice tu hijo. Hay castigos de muchos tipos: reprimendas verbales, retirada de atención, dejarle si un objeto que le guste, etc. Es importante que sean siempre razonables.
Enseña a tu hijo una conducta alternativa.
Si castigas a tu hijo le debes enseñar una conducta alternativa. Así aprenderán cómo no deben portarse, pero también cómo sí deben hacerlo. El castigo nunca debe ser una herramienta educativa aislada.
Si le dices que le vas a castigar, hazlo.
Es fundamental que cumplas lo que dices. Si adviertes a tu hijo de que le vas a castigar y luego no lo haces, el pequeño acabará aprendiendo que tu palabra no vale nada. Sé consecuente y coherente con lo que dices.
Es importante recordar que la palabra disciplina está relacionada con la palabra discípulo. Estamos llamados a ‘discipular’ a nuestros hijos y mostrarles el camino a seguir de manera que puedan crecer para hacer una contribución positiva al mundo. Jesús tenía discípulos. ¿De qué manera les enseñó? La relación es clave. Él pasó tiempo con ellos y les mostró maneras positivas de vivir. Jesús era su modelo de conducta. Él amó y animó a sus discípulos. Nosotros debemos mostrar amor y afecto a nuestros hijos, y animar y elogiarlos cuando se comportan bien. Jesús también estaba lleno de perdón. Nosotros debemos perdonar a nuestros hijos cuando cometen errores y evitar recordarles sus fallas. Tanto las madres como los padres deben jugar un papel activo y positivo en la crianza de sus hijos. La disciplina debe ser una parte de esta relación de amor entre padre e hijo, pero no la única parte.

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