Me gusta mucho la prensa escrita y por esa razón suelo leer periódicos digitales de otros países. Hace poco encontré un titular de principios de este año que me llamó la atención: “Hablaré en español, el idioma en el cual se oró por primera vez en América”. Eran las palabras del presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien hizo presencia en Washington, durante el desayuno organizado por The fellowship. Haciendo toda su comparecencia en español, Zapatero declaró al principio de su discurso de siete minutos que el español es el idioma en que se oró por primera vez al Dios del Evangelio en esta tierra.
El presidente alabó la historia de EEUU, haciendo referencia a la democracia: "Nadie como ustedes conoce el valor de la libertad religiosa, sus antecesores huyeron de la dominación y para que nunca les fuera arrebatada la libertad fundaron este país", dijo, refiriéndose a los inicios de la nación estadounidense.
Aunque esta no es una noticia, sino algo que sucedió a principios de este año, rescato la frase que le daba título al artículo, inspiración del presidente del Gobierno español, para tocar la fibra de quienes vivimos aquí, para quienes esta es nuestra tierra, aunque nuestra lengua madre, como se dice, es el español. Ciertamente, hablaban español quienes pisaron por primera vez esta tierra y no creo que haya sido una casualidad como tampoco creo que ninguno de nosotros esté aquí por casualidad. Tampoco estamos viviendo tiempos casuales como nación que fue fundada bajo principios bíblicos. La pregunta es ¿Cómo podemos contribuir a que se mantengan esos principios sobre los cuales fue edificado un país que en su declaración de respeto a la bandera resalta el deseo de que se mantenga como una nación debajo de Dios? Tenemos que ser ejemplo de cristianos que llevan su sistema de creencias a la práctica en su vida, en su trabajo y en su comportamiento ciudadano, pero sobre todo en la defensa de nuestros valores espirituales y familiares. También debemos traer esto a nuestra memoria cuando se trata de ejercer nuestro derecho al voto y preguntarnos ¿Quiénes son aquellos que mantendrán los principios bíblicos sobre el matrimonio, la familia y la formación de nuestros hijos?
Pero de la alocución del presidente Zapatero hay más en el desayuno organizado por The fellowship.
Cuando llegó el momento más esperado donde le tocaba leer un pasaje de la Biblia. El presidente escogió el Deuteronomio 24:14-16, que dice: "No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros". El presidente usó este episodio para hacer referencia a la situación de la inmigración en España, por la que "hay que velar por la inmigración que viene a nosotros, y por los que pasan miseria y no podemos acoger”. Oportuna intervención para entonces, muy precisa si la aplicamos a las cosas que están sucediendo en el presente con la política anti inmigrante que se ha estado desarrollando en algunos estados con oposición de otros. Aquí una palabra de consuelo para quienes se sienten que no pertenecen a esta tierra y que pronto podrían ser acusados de criminales por no haber obtenido aún un estatus migratorio y para quienes siendo inmigrantes tiene la dicha de ser residentes o ciudadanos. La Biblia nos manda a ser hospitalarios, a brindarle nuestro apoyo al extranjero. Aquellos que están lejos de su tierra cuentan con el respaldo de Dios. Quienes han venido con intenciones de construir, contribuir y dejar una estela de honradez y buen ejemplo, pueden caminar con la frente en alto y deben ser bienvenidos.
Nos gusta escuchar de ti, escríbenos y cuéntanos lo que está viviendo como inmigrante: buenosdiasfamilia@lanuevafm.net
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